Desde tiempos remotos, la religiosidad popular se
exteriorizó en la asistencia a las romerías hacia las numerosas ermitas, de
variada concepción arquitectónica, repartidas por nuestro territorio y que
además han dado paso a diversos matices costumbristas bien diferenciados entre
los aspectos
religiosos, sociales y económicos de nuestras gentes.
Así es como, por lo general, aprovechando las fechas romeras, se
imparten diferentes ritos religiosos (reparto de la caridad, bendición de términos,
cosechas, petición de agua, etc.) y que en algunos casos provienen de votos
ofrecidos por calamidades naturales acaecidas mucho tiempo atrás, dando origen
igualmente a la institución de algunas cofradías que han sabido aglutinar
perfectamente los aspectos religiosos y festivos
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