sábado, 18 de mayo de 2013

LA ABUBILLA




 La abubilla[2] (Upupa epops) es una especie de ave coraciforme de la familia Upupidae;[3] pertenece al mismo orden que los martines pescadores, los abejarucos, y las carracas.

La abubilla recibe diversos nombres según las regiones.[4] En Aragón (España) se la conoce popularmente con el nombre de gurgute y cuscute.
Habitan en regiones secas, encontrándose en bosques claros, zonas de frutales, viñedos y campos cultivados con arboledas.
Su plumaje puede variar desde un pardo rosado a un canela oscuro o rojizo, con las alas y la cola listadas de blanco y negro.[6] Está dotado en la cabeza de un penacho de plumas eréctiles como un abanico, pero casi siempre lo mantiene cerrado. Miden de 25 a 29 cm de largo, con 44 a 48 cm de envergadura de alas. Son inconfundibles, especialmente por el vuelo errático que es como el de una mariposa gigante.
Camina por el suelo como un estornino. Su canto es un reclamo hueco y habitualmente trisilábico “up-up-up”, el cual le da origen a su nombre científico. Tienen un olor peculiar y desagradable.
Se alimentan introduciendo su largo pico en tierra blanda o en excrementos de animales en busca de insectos y sus larvas,[6] aunque come preferentemente grillos y escarabajos de gran tamaño.[7] Es un depredador natural de la procesionaria del pino.
Suele anidar en huecos de árboles viejos, cavidades de edificios, grietas entre las rocas y montones de piedras.[7] Como en el de su pariente el martín pescador, tiende a contener copiosas cantidades de heces y huelen muy mal, lo que sirve de protección contra depredadores. Las abubillas hembras que anidan, cuando son asustadas por un intruso son capaces de dispararle a chorros un líquido oleoso pestilente que produce en una glándula situada en la base de la cola. En ocasiones el nido puede ser localizado por el fétido olor que despide.

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