martes, 27 de agosto de 2013

TRADICIÓN CON CHOCOLATE



VOTO A LA VIRGEN DEL CARMEN

Este año fui al  Viñedo a celebrar  el día de la Virgen del Carmen con los vecinos de Sasa del Abadiado,  tradición que siguen manteniendo al estar muy arraigada desde  hace muchos años.
Cuentan  que en estos momentos no son tantos los que van al Viñedo,  puesto que son menos  los vecinos del pueblo, pero en tiempos pasados cuando el pueblo rebosaba de gente, entre mayores y niños, eran muchos los que iban  a celebrar esta festividad.
Como en otras celebraciones, es cambiado este día al fin de semana siguiente al 16 de Julio, habiendo también alterado la hora de la celebración eucarística. En estos momentos la misa se hace a las siete de la tarde y no como antes que se hacía a las siete de la mañana.
¿Por que acuden este día?
No se sabe en qué fecha comenzó a hacerse el voto de asistencia. Lo que sí es cierto es que ya se realizaba mucho antes de la guerra Civil de 1.936 y que se siguió practicando al término de la misma. Los más mayores me dicen que nunca  se ha dejado de practicar, ni tan siquiera en esos difíciles momentos y que ahora, por desgracia, son pocos los vecinos de Sasa y menos los devotos de esta tradición.
Años atrás era celebrado  el día de la Virgen del Carmen con  mucha devoción, pues se le tenía un gran cariño a dicho día al ser un voto que se había hecho en relación con una enfermedad que solo atacaba a los niños de corta edad. Se dice que hace muchos lustros murieron bastantes niños de una enfermedad  extraña y como no tenían la solución para curarlos, decidieron ir andando hasta el santuario de la Virgen del Viñedo y en él pidieron y prometieron que si los niños de Sasa dejaban de morir de esa enfermedad extraña, ellos irían todos los años el día de la Virgen del Carmen a oír misa al Viñedo. Así fue como comenzó la tradición, siendo costumbre todos los años el levantarse bien temprano para estar a las siete de la mañana a participar de la misa. El motivo de hacerse a tan temprana hora, viene dado por cuanto en esos días de mediados de julio, los hombres tenían mucha faena en el campo, puesto que la cosecha cerealista ya se había recogido y había que trillar, etc. para que al terminar los actos pudieran seguir con sus faenas, que eran muchas en esas fechas.
Cuando se terminaba de oír la misa el ermitaño les ofrecía en la puerta de la iglesia una porción de chocolate y un trozo de torta bendecida, con lo que regresaban a Sasa más contentos. Lo mismo hacían las mujeres y no digamos los niños, puesto que como queda dicho, el voto se hizo por ellos. En todas las casas del pueblo se profesaba una gran fe a este día  y por eso en la que había un niño, era llevado por su familia al Viñedo, sin importar la edad que tuviera. Así fue como  en casa Rasal, en 1.971, llevaron a su hijo de corta edad, siendo posiblemente el último bebé que haya asistido a  la misa de la Virgen del Carmen.
Actualmente el chocolate lo hace Isabel, que por cierto hay que darle las gracias por lo bien  que lo hace. Se toma en los salones adjuntos a la ermita del Viñedo y el trayecto se hace cómodamente en coche. Así que hay que animarse para que la tradición no se pierda, pues el esfuerzo no es tanto y la recompensa de compartir un rato con vecinos y amigos merece la pena mantenerla este día y no olvidar que es un pequeña fracción de la interesante historia de nuestros antepasados.





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