domingo, 10 de noviembre de 2013

LAS FUENTES DE CHIBLUCO



RISAS Y CHARRADICAS EN LA FUENTE
Con lo alegres que las chicas están, seguro que la faena hecha está.

¿Preparadas o descansando? No se sabe bien.
Las fuentes: esos lugares llenos de historias, y de encuentros que en muchos casos servían para que los mozos rondaran a las jóvenes del lugar. Por esta fuente de Chibluco y por algunas más, han pasado muchas gentes y en estos momentos sólo quedan los recuerdos de esas visitas, que en tiempos pasados eran obligadas al no disponer de agua corriente en las casas. 
Fuente vieja de Chibluco. intentando  llenar el cántaro.
Hoy sólo hablaremos de la fuente Vieja, la más visitada del lugar. Desde ella tenemos unas vistas muy bonitas de San Julián y del río Flumen, y con un poco de paciencia se puede llegar a ver gran variedad de aves.
En Chibluco como en otros lugares había varias fuentes, la llamada fuente Vieja era la más usada para el consumo de la gente del lugar, ya que estaba más cerca del pueblo y manaba durante más tiempo. Su aljibe lo forma una gran piedra y su pared frontal, unos grandes sillares fuertemente colocados que en tiempos buenos de lluvia ayudan a recoger gran cantidad de agua. Me cuentan que cuando en el aljibe quedaba poca agua, ayudaban a un mocer a meterse dentro por el hueco de un sillar que nunca se colocó en la pared y así aprovechaban para limpiarlo de tierra y otras sustancias. A las fuentes La Morera, San Martín y Otoño  también se iba a buscar agua para abastecimiento doméstico y sus animales. Otra fuente muy bien considerada por la gente del pueblo era la de Vallatar, diciéndose que era excelente para cocer las legumbres, y tanto era así, que hasta los del pueblo vecino llegaban a proveerse de la misma.
Aun hay personas en el pueblo que recuerdan muy bien el recorrido hacia esa fuente, y  mientras bajamos por el camino me cuentan: “en este tramo ¡anda que unos cuantos cántaros se me han roto¡ y para más disgusto siempre se me caían cuando los llevaba llenos. Luego venía el miedo por la reprimenda que me iban a dar por haberme dejado caer el cántaro, y de castigo otra vez a la fuente con un nuevo cántaro”
Preparada y en camino a la fuente.
Empezando la bajada a la fuente, y de compañía un mocer.
Cuando el tiempo era bueno, la fuente era un punto de reunión, allí pasaban largos ratos –las que podían- charlando en espera de que los cántaros se llenasen de agua, circunstancia que los mozos aprovechaban para poder estar en compañía de alguna joven casadera que fuera de su agrado. 
A la fuente llegaron y con juegos empezaron, el mocer no puede parar, y a las mozas no dejaba de enredar.
Alegre un rato pasarán, mientras los cantaros se llenarán.


Preparadas están las chicas, y de la fuente se irán, unas para arriba y otras a lavar.





Algunas mujeres bajaban pequeñas prendas para lavar, las remojaban en los terrizos y con jabón de tajo hecho en casa, se arrodillaban en la gran piedra que hay antes de la fuente y allí terminaban de lavar la prendas.

Lurdes haciendo una demostración de como se lavando la ropa en esa gran piedra.
Con agua bien mojado terminó el mocer y a cajas destempladas lo quisimos echar pero él con su bastón bien nos quería hacer callar.
Que más puedo decir de la fuente, creo que sobran las palabras cuando se puede demostrar con fotos. Por eso nos decidimos a representar un momento de la vida de esas mujeres, y ponernos por un ratico en su lugar a hacer el ingente trabajo  que con un gran esfuerzo realizaban ellas, para que en la casa nunca faltase una tinaja llena de fresca agua.
Que bonitas se las ve.
Pilar de casa Coré, tuvo la amabilidad de contarme, pequeños momentos de su vida en relación con la fuente. Su casa está en paso obligado al camino que llevaban  las mujeres a coger el agua y por ello no es de extrañar que recuerde esos momentos vividos ya que cuando los comenta, parece que aun los está viviendo. Por eso es mejor escucharla a que yo describa lo que me cuenta. (Gracias Pilar) 




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