¡CON
FRIÓ!
TAMBIÉN
COMIERON LOS BUITRES
El
día 26 de diciembre –jueves- hizo una mañana muy desagradable por el fuerte
viento y la bajísima temperatura. Pero aun así fui con mi invitado ruso para
que viera el espectáculo tan impresionante que supone ver a los buitres descender
a comer.
Son
cuatro las personas encargadas de echarles comida, así como de anotar las
marcas que llevan algunos de ellos, puesto que con esta labor, colaboran con
distintos organismos oficiales para llevar un control de los lugares donde se
mueven estas aves y de paso, constatar el lugar de origen de algunas de ellas,
como es el caso de un buitre marcado en Portugal y otro en Francia.
Ni
el frío ni el fuerte viento les impidió descender y posar para todos nosotros. Además
puedes mezclarte con ellos sin ningún peligro, (eso si no llevas carne a la
vista), pues son rápidos en detectarla y no se andan por las ramas para
quitártela. Yo que estoy muy acostumbrada a verlos y a mezclarme con ellos,
cada vez que asisto al trabajo de darles de comer, sigo estando recelosa de sus
movimientos y acciones, pues estas grandes aves impresionan al tenerlas tan
cerca. Son rápidas en sus movimientos y
no se asustan fácilmente, puesto que han cogido tal confianza, que te rodean y
te siguen allá donde vayas como perritos falderos.
Se
echa 300 kilos aproximadamente de comida en buen estado, recogida en varias
carnicerías de Huesca. Hay veces que nada más ver el coche de Luis arrastrando
el carro de la comida, se te posan
encima y casi no dejan ni sacar la carne
del carro.
Es
tanta su hambre, que hay que espantarlos para poderla extender, pues si no se hace
así, se amontonan unos encima de otros con peligro de asfixiarse.
Es
una buena labor la que desarrollan estos
fotógrafos de buitres, aun a sabiendas de que algunos no opinan lo mismo.
Aunque no se crea lleva mucho trabajo, pues no solo es echarles de comer, si no
que hay que recoger después todos los huesos que han dejado, bien radidos y
esparcidos, por todo el terreno.
Algunos
pensarán que es una pérdida de tiempo y que no tendrán otra cosa que hacer para
dedicarse a eso. Pues sí que tienen otras cosas que hacer. Pero a ellos les
gusta y se sienten muy satisfechos de la
labor realizada. Y pensándolo bien, ¿qué harían todos esos buitres si un día a la
semana no les pusieran comida a su disposición? Pues no lo sé, pero lo que sí
está claro para mi, es que estos amigos realizan un buen trabajo, les gusta la
naturaleza, las aves y sobre todo poder observar y sacar buenas fotos de cuanto
se pone al alcance de sus cámaras, ya que al ser miembros de la Asociación Fotográfica
Oscense de Naturaleza (AFONA), su objetivo es hacernos partícipes de unas inusitadas
imágenes captadas desde su encomiable labor fotográfica.
Como no me fió cuando voy con la comida, yo siempre con el palo, por si acaso alguno se desmanda. |
No dejan ni una miguita, dejan tan limpio el pozal que casi reluce. |
Con el carretillo se extiende muy bien, lo difícil es llegar al sitio que tu deseas echar la carne. |
Por mas que lo intento evitar, ellos insisten en no dejarme llegar al sitio. |
Con la ayuda de estas chicas tan guapa, la labor dura se lleva mejor. |
Esperanza Martinez, atrevida fotógrafa y admiradora de estas grandes aves. |
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